Todas las actividades del hombre generan impactos sobre el medio ambiente pero la creciente actividad industrial de las últimas décadas, la transformación e innovación tecnológica en los procesos productivos y la incorporación de nuevas sustancias y materiales tienen un impacto muy importante sobre el medio ambiente, la salud y seguridad de los trabajadores y por ende sobre el conjunto de la sociedad.
La crisis climática es la expresión mas clara de la situación de riesgo a la que hemos llegado como consecuencia de un modelo de desarrollo insostenible y con escasos controles.
Al reclamo de mayores controles se lo enfrenta con el argumento de que ello significaría frenar el progreso científico y el desarrollo
Ante estos argumentos cabe preguntar:
¿Que se entiende por progreso?
¿ Para quien y para que el progreso?
¿Quién diseña y con qué fines las nuevas tecnologías?
¿Cómo tendrían que ser orientadas y controladas, para que no tengan un impacto negativo sobre la salud y el medio ambiente?

¿Hasta qué punto las decisiones sobre desarrollo y tecnología responden a patrones del mercado internacional?

¿En que medida satisfacen las necesidades y condiciones de cada país?

¿Cómo equilibrar los beneficios tecnológicos con el mantenimiento de altos niveles de seguridad Laboral y ambiental?

¿Cuantos mas desastres ambientales deben suceder para que se priorice la prevención por sobre el interés empresarial de ganancias sin limites?

Responder a estas preguntas significaría acercarnos a una visión que tienda a superar las respuestas puntuales en situaciones limites, para trabajar en la conservación, la protección y la mejora de la calidad del medio ambiente; la protección de la salud de las personas y la utilización prudente y racional de los recursos naturales.
Una visión que ante una actividad potencialmente amenazadora para el ambiente o la salud humana, promueva medidas de prevención tal como se establece en el Principio de Precaución

En este escenario los trabajadores están llamados a desempeñar un papel fundamental y ante los desafíos que se presentan es necesario unir los objetivos de salud y seguridad laboral con los objetivos medioambientales en las empresas para asegurar la protección de los trabajadores en el entorno laboral y la protección del medio ambiente

Los próximos años estarán marcados por la tendencia hacia la producción de mercancías y servicios más limpios, con menos gasto de energía y más sostenibles.

Durante ese proceso los sindicatos que promuevan esta visión de integrar la salud y seguridad en el trabajo y el medio ambiente a través de la formación y de actuaciones en las empresas, estarán mejor preparados para ser protagonistas de una transición justa, ante los inexorables cambios que se producirán.