Cuando comenzamos a escribir este boletín, todavía no había sucedido la catástrofe de Japón, lamentablemente lo que teníamos previsto desarrollar como hipótesis es hoy una realidad.

Planteábamos en ese primer borrador que los desastres climáticos que se anuncian potenciarían las posibilidades de desastres tecnológicos, sin entrar a diferenciar si el desastre climático tiene un origen antropogénico o no.

Los desastres petroleros, las fugas de gases altamente venenosos, las fugas de material radiactivo de plantas energéticas, el deterioro de la flora, la fauna y la salud humana a causa de residuos peligrosos, son la consecuencia de procesos de producción de compañías que tratan de maximizar ganancias en cada vez menos tiempo, para lo cual establecen mega emprendimientos, en muchos casos utilizan tecnologías obsoletas y materiales peligrosos sin medidas de prevención, y que tienen como único objetivo reducir costos ,con lo cual la posibilidad del desastre esta cercana en el tiempo.

Se toma conciencia sobre el riesgo que significa tener industrias este tipo dentro o cerca de las ciudades, o el transporte de sustancias peligrosas por zonas de alta densidad de población cuando el daño es irreparable.

Las preguntas que surge cuando se plantean estos temas son: ¿Se podría haber evitado lo que paso? Y ¿Qué hacer para que no vuelva a suceder?

Algunas situaciones por más previsiones que se tengan han de causar daño, pero se puede llegar a limitar el daño sobre todo en materia de preservación de vidas humanas poniendo en práctica los sistemas de prevención existentes.
La aplicación de planes de prevención depende de la decisión política de los gobiernos, y lamentablemente las cumbres sobre el cambio climático nos muestran claramente una tendencia a priorizar los negocios y las ganancias sin importar las consecuencias.
Es prioritario tratar de modificar esa tendencia. Debemos instalar la idea de que es necesario una estrategia de evaluación y prevención de riesgos en todas las áreas de producción y transporte, hoy con lo sucedido en Japón , ya no es tan difícil y cobra mas sentido que nunca eso de que un hecho vale por mil palabras .
En este número del boletín trataremos el tema de desastres tecnológicos y el papel de los trabajadores, con la pretensión mínima de que sea un aporte para encarar de una forma mas amplia los riesgos en el mundo del trabajo, para analizar los sistemas de prevención existentes y para participar en la reelaboración de los mismos o en la gestación de nuevos sistemas.